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Crear un equipo que tenga un buen desempeño no solo implica reunir a un grupo de personas talentosas. Para que un equipo sea eficaz, sus miembros deben apoyar una visión inspiradora y estar motivados para hacerla realidad. Deben compartir metas claras y medibles, y comprometerse a desempeñar su función para cumplir con las tareas que se les asignaron.
A continuación, te indicamos algunos pasos clave para crear un equipo sólido, unido y eficaz:
Definí claramente el objetivo del equipo e incluí el resultado general que deben lograr todos los miembros juntos. ¿Qué querés crear, mejorar o cambiar? ¿Cuál es el objetivo del cargo de cada miembro del equipo? Si das una visión clara e inspiradora, sentarás las bases para un trabajo en equipo fructífero y ayudarás a guiar el rumbo del grupo cuando éste enfrente desafíos y tome decisiones.
Los equipos con buen desempeño están integrados por personas que adoptan la visión con vehemencia, creen que su aporte es valioso y están motivadas a dar su mejor esfuerzo. También comparten los valores de confianza, respeto y apoyo. Elegí miembros con habilidades y capacidades complementarias, que puedan ofrecer al equipo una diversidad de puntos de vista e ideas. Intentá encontrar el equilibrio en las personalidades, de manera que los miembros puedan trabajar juntos y en armonía, pero también desafiarse entre sí cuando sea necesario.
Una vez que hayas creado y unido al equipo por un objetivo en común, el siguiente paso es dividir la visión en metas y tareas más breves y manejables. Describí las tareas exigidas en un programa donde indiques los plazos acordados, hitos y responsabilidades. Definí el cargo que desempeñará cada miembro del equipo. También verificá que todos los recursos necesarios, en lo que respecta a tiempo, materiales, espacio, apoyo y dinero, estén disponibles.
Para garantizar que todos los miembros entiendan lo que se espera de ellos, definí una norma de conducta para el equipo. ¿La comunicación será frecuente, abierta, honesta y transparente? ¿Se fomentarán, valorarán y reconocerán todos los aportes? ¿El conflicto se manejará de una forma constructiva? ¿Se respetarán las decisiones del equipo y su retroalimentación? Si fijás normas claras desde el principio, garantizás que la conducta y los aportes de todos los miembros sean adecuados.
Analizá constantemente el desempeño del equipo mediante reuniones grupales y conversaciones personales para asegurarte de que haya un avance hacia las metas. Reflexioná a partir de preguntas como:
Si supervisás y analizás el avance, vas a poder hacer ajustes y mejoras, para incorporar en los procesos del equipo, en el camino.
Tomate el tiempo de reconocer, recompensar y celebrar con frecuencia el desempeño grupal e individual. De ese modo, vas a animar al grupo y a fortalecer su motivación para que continúen esforzándose al máximo. Buscá la forma más adecuada de celebrar los hitos del equipo; por ejemplo: un “agradecimiento” personal en una reunión grupal, un correo electrónico con copia a los gerentes o un almuerzo con el equipo. Procurá que el reconocimiento sea constante y que el método que elijas motive y fortalezca a los miembros del equipo para que sigan contribuyendo de forma positiva a su avance.
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